jueves, 23 de diciembre de 2010

Variedades de MANZANA

VARIEDADES DE MANZANA




ETIMOLOGÍA DE MANZANA



ETIMOLOGÍA DE LA MANZANA


El término manzana proviene de la palabra del castellano antiguo mazana y esta, a su vez, deriva del vocablo latino Mattiāna que significa mala y que se usaba para referirse a una especie de manzana.


         Actualmente el término manzana se utiliza, fundamentalmente, en dos sentidos:


 
1.     Para referirse al fruto del manzano.



 
2.     Para aludir al espacio urbano, edificado o destinado a la edificación, generalmente cuadrangular, delimitado por calles por todos sus lados.


sábado, 18 de diciembre de 2010

¿Quién dijo que fue una manzana?

La palabra hebrea tappuach, que generalmente se traduce “manzana”, aparece varias veces en la Biblia. Pero no se usa al describir “el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” (“Así Jehová Dios hizo crecer del suelo todo árbol deseable a la vista de uno y bueno para alimento, y también el árbol de la vida en medio del jardín, y el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo.” “Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás”” “Por consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento, y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también a su esposo cuando [él estuvo] con ella, y él empezó a comerlo. Génesis 2:9, 17; 3:6). ¿Dónde, entonces, se originó la tradición de que la manzana fue el fruto prohibido?
De acuerdo con la obra Plants of the Bible, de H. N. Moldenke, esta idea “se debió, sin duda, a la influencia de los artistas de la Edad Media y el Renacimiento, quienes así la representaron”. Por ejemplo, respecto a la famosa pintura El jardín del paraíso, de Peter Paul Rubens (1577-1640), que ahora se encuentra en la galería de La Haya, Moldenke dijo: “El fruto que está en el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, en cuyas ramas está enrollada la serpiente, parece definitivamente ser manzanas. Esta pintura es probablemente una de las fuentes a las que debemos la idea errónea que se sostiene generalmente de que la manzana sea una planta mencionada en la Biblia”.

Con relación a la pintura Adán y Eva (véase arriba) por el pintor alemán de la corte Lucas Cranach, llamado el Viejo (1472-1553), en la que se representa la manzana, Moldenke comentó que a los pintores del Renacimiento “les encantaba mantener su derecho de depender de su imaginación cuando se les antojaba hacerlo”. Otros artistas de la época, como Tintoreto y Tiziano, hicieron lo mismo en sus pinturas sobre el mismo tema.

Pero el primero en expresar la idea por escrito fue probablemente el famoso poeta inglés John Milton. En su obra El paraíso perdido (1667), Milton escribió lo siguiente sobre la tentación que la serpiente le presentó a Eva:

“Cierto día, al estar vagando por el campo, subí
a un árbol bueno que había de mirarse desde lejos,
lleno de fruta de una combinación de colores sumamente hermosos,
rojizos y dorados. [...]
Para satisfacer mi vehemente deseo
de probar aquellas excelentes Manzanas, resolví
no tardar; el hambre y la sed a la misma vez—
capaces de persuadir enérgicamente—se apresuraron ante la fragancia
de aquella fruta tentadora, y me instaron con entusiasmo”.

Así, no es de la Biblia, sino de la imaginación extravagante, y aun descaminada, de artistas y poetas que ha surgido uno de los mitos más populares de la cristiandad. ¿De qué fruto se trataba? La Biblia simplemente no lo dice, pues el punto vital no es el fruto mismo, sino la desobediencia del hombre.

“Una manzana cada día, de médico te ahorraría”


Observe estas hermosas manzanas rojas. ¿No le parecen apetitosas? Seguramente, y con buena razón. Las manzanas fueron hechas para deleitarnos y contribuir a nuestra buena salud. De la gran variedad de frutas con propiedades alimenticias, la manzana es una de las principales. Por esta razón, despiertan fácilmente el apetito.
Examinemos dos aspectos: Producción y Beneficios.

Producción

Introducción


El manzano pertenece a la familia de las rosáceas (Rosaceae), en la que también se encuentran el peral, el membrillero, el espino blanco y el serbal. La savia de estos árboles es rica en azúcares. Sus aromáticos frutos se presentan en diferentes tonalidades de verde, amarillo y rojo, y sus sabores varían entre la acidez y la dulzura.
En todo el mundo se cosechan anualmente unos setenta millones de metros cúbicos de manzanas, es decir, entre diecisiete y dieciocho millones de toneladas. En Estados Unidos, la mitad de la producción se consume como manzanas frescas. El resto se utiliza para preparar mermelada, jugo, puré, jalea, licor, sidra, tartas, empanadas, vinagre y vino. En Europa, gran parte de la cosecha se emplea en la preparación de sidra, vino y licor. Una cuarta parte de la recolección mundial se usa para preparar sidra.

Pero antes de que la fruta nos regale el paladar, el manzano en flor nos brinda un placer visual. Se cubre de flores blancas de bordes rosados tan tupidamente, que si todas ellas se convirtieran en manzanas, el árbol no soportaría el peso. Por lo general, algún aguacero temprano se encarga de desprender el exceso de flores.

El cultivo

Las zonas templadas favorecen el desarrollo del manzano, cuyo cultivo data de tiempos inmemoriales. A los romanos les encantaban, y en sus numerosas conquistas militares llevaron las diversas variedades de manzana a Inglaterra y otras partes de Europa; a su vez, los primeros colonizadores de América llevaron consigo árboles y semillas procedentes de Inglaterra.

Mejoras de calidad

La gran cantidad de experimentos realizados por generaciones de fruticultores han mejorado la calidad del fruto mediante cruzamiento. Y aunque este no es un proceso rápido, pues la creación de una variedad comercializable toma hasta veinte años, gracias a la perseverancia de los cultivadores, hoy contamos con una gran diversidad de manzanas jugosas y coloridas para escoger.

La cosecha


En el hemisferio norte, la temporada de manzanas comienza en julio o agosto, pero las primeras variedades que se cosechan, como la San Jaime o la Transparente croncels, no pueden almacenarse por mucho tiempo. Deben comerse pronto, ya sea crudas o en compota. Estas, sin embargo, nos abren el apetito para las que vienen después: la Camuesa real roja, Gravestein, Reineta dorada, Dulce plateada, Bella de Boskoop, Escarlata sin igual, Permain dorada, Golden Delicious y Granny Smith, por nombrar solo unas cuantas de los millares de variedades.

Forma apropiada de cosecha

La cosecha de manzanas debe efectuarse durante la temporada seca. Se cortan con cuidado para no dañar los renuevos o las hojas; cuando están realmente maduras, basta con girarlas un poco para que se desprendan de la rama. Para que la manzana no se dañe y se eche a perder más pronto, es importante que el rabillo no se le desprenda.
Si el clima lo permite, las variedades más tardías deben dejarse en el árbol tanto tiempo como sea posible. Si una helada prematura congela las frutas en el árbol, tendrá que posponerse la recolección hasta que se hayan descongelado. Las manzanas pueden soportar temperaturas por debajo del punto de congelación, dependiendo del grado de maduración y del contenido de azúcar, pero una vez descongeladas tienen que procesarse rápidamente para preparar jugo, compota o vinagre; en vez de almacenarlas o desecarlas.

El almacenamiento

Un detalle interesante de las manzanas es que respiran. Absorben oxígeno del aire y exhalan dióxido de carbono y agua. Por lo tanto, cuanto más cálido es el ambiente, más pronto se deshidratan y resecan. Sin embargo, además de respirar, absorben los olores del medio ambiente. Por ello conviene almacenarlas a una temperatura de 5 °C.

Aspectos a considerar en el almacenamiento

Si se las almacena junto con papas, pierden frescura y sabor. Por otra parte, las diversas variedades deben mantenerse separadas. Es bueno envolverlas individualmente con papel, pues con ello se aminora la deshidratación y se reduce el peligro de que las que están pudriéndose contaminen a las demás.

Beneficios

Contribuyen a la salud

 Un viejo refrán dice: “Una manzana cada día, de médico te ahorraría”. Aunque eso no siempre es cierto, la manzana goza de esa buena reputación. ¿Por qué? Porque las sustancias que contiene pueden contribuir a la salud.

Características y propiedades saludables

Cada manzana es un pequeño depósito de sustancias nutritivas. Cuando está madura contiene vitaminas B1, B2, B6, C y E, además de una variedad de azúcares como dextrosa, fructosa y sacarosa. Tiene una combinación de ácidos que le transmite su sabor característico, y una buena cantidad de minerales como calcio, magnesio y potasio, así como pectina y fibra. Un 85% de su peso consiste en agua.
Otro compuesto presente en las manzanas es el etileno, que funciona como regulador natural del crecimiento y acelera la maduración de la fruta. Si usted tiene tomates o aguacates verdes puede aprovechar este gas: para que se maduren más rápidamente colóquelos en una bolsa de papel con unas cuantas manzanas maduras.

Forma de consumo recomendada

Puesto que las manzanas contribuyen a la buena salud, es importante saber cuándo y cómo comerlas. En primer lugar, deben estar maduras. Es mejor no comerlas frías; déjelas por un tiempo a temperatura ambiente. También es importante masticarlas bien.

Propiedades adicionales

Es interesante que las manzanas tienen propiedades que, se afirma, contribuyen a la limpieza del sistema digestivo; ayudan a curar el estreñimiento y la diarrea.

Una recomendación


Las manzanas, como las demás frutas, pueden criar moho. Por ello, tenga precaución. Las toxinas del moho pudieran provocar malestar y náuseas. Si tal es el caso, sería bueno que cortara no solo la porción mohosa, sino una buena sección del contorno, pues las toxinas tienden a diseminarse.
Con todo, las manzanas contribuyen a la buena salud. Por lo tanto, si desea ahorrarse visitas al médico, procure comer una manzana cada día.